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Solidaridad en Casa

           Los georgianos tenemos muchas virtudes que nos caracterizan. Se podría decir que somos participativos, colaboradores, abiertos de mente, con visión de mundo, y por supuesto solidarios. Creo que nadie podría negar esta última característica. Los georgianos siempre estamos dispuestos a participar de un proyecto pastoral, a ayudar con Fundamor, organizar y participar en colectas para cualquier conflicto que exista en nuestro país, etc. Pero esto no es siempre así.

Existe un proyecto dentro de nuestro colegio llamado “Becas Padre Gerardo Whelan”, original del Centro de Alumnos y Alumnas 2012-2013 liderado por Santiago Escobar, que pretende complementar las Becas del Comité de Escolaridad que tiene el colegio a las cuales se puede postular una vez como familia. Las Becas Gerardo Whelan nacieron como una idea que permite a los alumnos de tercero medio postular a un fondo solidario con el objetivo de brindarles ayuda económica para financiar la escolaridad de cuarto medio. El proyecto es enfático en que las becas son hechas por y para los alumnos, siendo estos los principales responsables de darles vida y continuidad. Se usaron distintos métodos como jeans days, venta de artículos de invierno, rifas, etc. Pero aún así, las Becas todavía no logran su objetivo.

A pesar de que la mayoría revisa sus celulares y las redes sociales mínimo 10 veces al día y de que las Becas fueron difundidas por Facebook, Instagram y Twitter, muchos no conocen de su existencia. Se pegaron afiches en el colegio y se pasó por las salas explicando el proyecto. Se vendieron rifas en la entrada, en la cafetería y en los recreos pero aún así esta propuesta que al escucharla suena razonable y hasta conmovedora no logra penetrar en las cabezas de los alumnos del Saint George. Una gran cantidad de alumnos manifestó su alegría cuando supieron que la condicionalidad académica en el colegio había sido abolida, pero no muchos fueron los interesados en saber si se había logrado ayudar a las familias que postularon a las becas.

Aquí es donde vuelvo al primer punto. Los georgianos somos conocidos por ser solidarios pero cuando se trata de nosotros mismos el panorama cambia. Me imagino que es porque es difícil creer que en un colegio donde todos son de familias con altos ingresos y pagan una matrícula considerable cada año, un estudiante que se prepara  para cursar su último año en esta institución no puede pagarlo. Si el problema no nos toca directamente, a través de un amigo por ejemplo, nos es complicado dimensionarlo y no es suficientemente importante para ocupar un espacio en nuestras múltiples preocupaciones. 

Un ejemplo de esto fueron las rifas del año pasado. Estas fueron increíblemente difíciles de vender. Un proyecto que debería ser hecho por los alumnos fue finalmente en gran parte financiado directamente por apoderados. Era mucho más efectivo vender rifas en las reuniones de apoderados y en la cafetería del colegio en la mañana, cuando estos se reúnen a tomar café, que en los recreos cuando los alumnos se encuentran conversando en el patio.

Desde un inicio las Becas fueron financiadas con excedentes de CDA pasados, aportes de la OGA (Old Georgians) y dinero recaudado a través de iniciativas del CDA presente. Este año las Becas se encuentran en crisis, como CDA no hemos sido capaces de generar una nueva propuesta que atraiga a los alumnos a participar de esta iniciativa. No existe algo que haga las becas sustentables en el tiempo, ya que estas ahora dependen más que de los esfuerzos de un grupo en particular, de la voluntad de los alumnos por formar parte activa.  

Escribí esta columna con el objetivo de que más alumnos se involucren, participen dando ideas para hacer que esta gran propuesta perdure y podamos como comunidad demostrar que podemos unirnos para una causa que nos toca tan de cerca.

 

Catalina Mardones, Presidenta CDA

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